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Es importante saber primero si realmente necesitas perder peso y de ser así, cuánto. A veces queremos perder muchos kilos en muy poco tiempo y eso sólo lograría afectarnos negativamente.
No te obsesiones con perder peso
El peso puede cambiar por muchos motivos, como, por ejemplo el momento en el que te peses, la cantidad de agua que tomes, el tránsito intestinal, etc.
Es común que, con la ansiedad de disminuir esos kilitos de más, uno se pese o se tome las medidas todos los días y es un gran error ya que así no se notaran los cambios. Si se es constante con la dieta establecida, los cambios no tardarán en llegar, pero tampoco serán inmediatos.
Cuatro comidas + Colaciones
Muchas personas creen que comiendo menos van a adelgazar más, y no es así. Nuestro cuerpo necesita proteínas y nutrientes durante todo el día para rendir totalmente. Se debe lograr la ingesta del desayuno, almuerzo, merienda y cena. Claro que esas comidas deben tener un alto valor nutritivo y energético, pero tratando de evitar las grasas innecesarias. Por ejemplo, ensaldas o tartas de frutas.
Las colaciones también juegan un papel super importante, ya que nos sacan ese hambre que nos agarra entre comidas. Ahora, es importante que la colación sea acorde al plan de dieta, como frutas, semillas, barritas de cereales, quesos, frutas secas y demás.
Sumar ejercicio a la dieta
Ninguna dieta será eficiente si no la acompañamos con actividad física. Esto no indica que tengas que matarte en el gimnasio. Una rutina constante como caminar o correr tantas cuadras, practicar coreografías, hacer un deporte que te guste o algo que para vos no sea un esfuerzo y que lo disfrutes es la mejor manera de mantenerte en actividad.
No evitar comidas
Hay gente que al no sentir hambre en ciertos momentos del día prefiere saltarse alguna comida. Mal hecho, ya que cuando llegue el próximo momento de comer, sentirán más hambre y comerán más en menos tiempo. Nuestro cuerpo es rutinario, es preferible comer menos cantidad en varias veces que comer mucho una o dos veces al día. A veces, menos, es más.
Hidratarse
Hidratarse tampoco es tomar cualquier líquido. Es mejor evitar las bebidas con azúcar como gaseosas o aguas saborizadas, energéticas, etc. El agua y las infusiones (sin endulzantes) son lo ideal. Nuestro cuerpo es un 70% de agua, así que necesita estar constantemente hidratado. Siguiendo este consejo vas a notar un mayor rendimiento en tu energía y tu piel va a estar radiante.
Comer despacio
Si comemos de golpe no le estamos dando tiempo a nuestro estómago a asimilar lo que ingerimos. Comer despacio y masticar bien cada bocado ayuda a sentirnos satisfechos sin comer tanto, ya que así, le damos tiempo al estómago a darle la señal al cerebro de saciedad.
Poniendo estos consejos en práctica y siendo constante vas a lograr perder esos kilos que te molestan. Y acordate, los cambios llegan, pero a su tiempo. Buscas cambios de calidad, no rápidos.
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